Un día en la vida de un/a educador/a social en 2050

¡Buenas a todos y a todas! Esta vez he realizado la columna semanal que trata de inventar un breve relato sobre la vida de un educador social en 2050.

Aquí dejaré mi breve relato:

Me llamo Pablo y soy educador social. Son las 7 de la mañana del año 2050 y empieza un nuevo día de trabajo. Hoy me toca en el centro comunitario del barrio, donde ayudamos a personas que tienen dificultades sociales o personales.

Lo primero que hago es conectarme al asistente virtual que me organiza el día. La tecnología ha cambiado mucho, así que también trabajamos dentro de mundos virtuales. Mi primer caso es un chico de 16 años que pasa todo el tiempo en una realidad virtual y ha dejado de ir al instituto. Me conecto a su mundo virtual con mi avatar y hablamos un rato. Le propongo que venga a uno de nuestros talleres, donde combinamos actividades reales y virtuales. Al final, se anima a venir.

Después, voy a visitar a una familia nueva en el barrio. Vienen de otro país y les cuesta adaptarse, sobre todo con el sistema educativo digital. Hablo con la madre usando un traductor automático para explicarle cómo puede apoyar a sus hijos con las clases online. Poco a poco va entendiendo mejor cómo funciona todo.

Por la tarde, tengo una reunión con vecinos del barrio. Usamos gafas de realidad aumentada para ver propuestas de mejora para el entorno. Hay opiniones diferentes, pero mi trabajo es ayudar a que se escuchen y lleguen a acuerdos.

Al final del día, vuelvo a casa y desconecto mis dispositivos. Aunque en 2050 usamos mucha tecnología, lo más importante sigue siendo estar ahí para las personas. Escuchar, entender y acompañar. Eso no ha cambiado.